El síndrome de Down, también conocido como trisomía 21, es
una anomalía donde un material genético sobrante provoca retrasos en la forma
en que se desarrolla un niño, tanto mental como físicamente.
Los rasgos físicos y los
problemas médicos asociados al síndrome de Down varían considerablemente de un
niño a otro. Mientras que algunos niños con síndrome de Down necesitan mucha
atención médica, otros llevan vidas sanas.
A pesar de que el síndrome de
Down no se puede prevenir, se puede detectar antes del nacimiento. Los
problemas de salud que pueden acompañar a este síndrome tienen tratamiento y
hay muchos recursos, disponibles para ayudar tanto a los niños afectados por
esta anomalía como a sus familias.
Normalmente, en el momento de la
concepción, un bebé hereda información genética de sus padres en la forma de 46
cromosomas: 23 de la madre y 23 del padre. Sin embargo, en la mayoría de los
casos de síndrome de Down el niño hereda un cromosoma de más, el nº 21,
teniendo un total de 47 cromosomas en vez de 46. Es este material genético de
más el que provoca los rasgos físicos y los retrasos evolutivos asociadas al
síndrome de Down.
A pesar de que no se sabe con
seguridad por qué ocurre el síndrome de Down y no hay ninguna forma de prevenir
el error cromosómico que lo provoca, los científicos saben que las mujeres
mayores de 35 años tienen un riesgo significativamente superior de tener un
niño que presente esta anomalía. Por ejemplo, con 30 años, una mujer tiene
aproximadamente 1 probabilidad entre 1.000 de concebir un hijo con síndrome de
Down. Esta probabilidad crece a 1 entre 400 a los 35 años y a 1 entre 100 a los
40.
CSM.
No hay comentarios:
Publicar un comentario